De un tiempo a esta parte, en la mayoría de hogares se ha disparado el uso de electrónica de consumo. Y buena parte de ella ha venido de la mano de dispositivos conectados a la red: portátiles, sobremesas, consolas, televisores, nas, etcétera.
Si bien la mayoría disponen de interfaces WiFi, en muchos casos bien por problemas de cobertura bien por necesitar una conexión estable y lo más rápida posible, es aconsejable recurrir a conectarse mediante cable Ethernet.
En ésta tesitura, está tomando mucho auge un dispositivo que parecía reservado al entorno profesional, me refiero al Swtich.
Para el que no lo sepa, aquí, aquí y aquí dejo unas estupendas explicaciones sobre en qué consiste un Switch y su integración dentro de una red de datos.
El propósito de este post es más bien comentar los escenarios domésticos donde resulta interesante instalar un Switch y cuando, por contra, su aportación no es relevante.
¡Ponme un Switch!
El escenario donde realmente un Switch adquiere todo su sentido, es en aquel donde se cumplen dos premisas:
- Hay bastantes dispositivos que requieran de conexión física Ethernet.
- Hay bastante o mucho intercambio de información entre algunos o todos los dispositivo.
Imaginemos por ejemplo una casa donde tienen conexiones físicas la televisión, una consola de videojuegos, un ordenador sobremesa y un Nas.
Además, desde el Nas enviamos contenido multimedia a la televisión, desde el ordenador hacemos backups al Nas y también jugamos en local usando consola y ordenador.
Pues bien todo éste tráfico, que puede ser realmente elevado, puede ser gestionado perfectamente por un Router, pero resulta muchísimo más eficiente hacerlo mediante un Switch. El motivo es muy sencillo:
Como puede observarse en la imagen, todo el tráfico generado no requiere en ningún momento de salir fuera de nuestra red local (LAN) con destino a Internet (WAN) por lo cual el Router es absolutamente prescindible.
De ésta forma, mediante el Swtich, no sólo evitamos sobrecargar de forma innecesaria el Router, sino que además nos permitirá utilizar modelos de routers más sencillos (el de la operadora mismo) ya que todo éste tráfico le es ajeno.
¡Guárdate tu Swtich!
Vamos ahora con otro escenario diametralmente opuesto, aunque con alguna similitud.
Imaginemos un domicilio donde también hay abundante presencia de equipos que requieren conexión de datos: una televisión, un ordenador sobremesa, una consola, una tablet y dos móviles.
A simple vista ya se nota la ausencia de las dos premisas que más condicionan la instalación de un Swtich:
- Muy pocos dispositivos requieren de conexión física Ethernet.
- Hay muy poco o nulo intercambio de información entre los dispositivo.
Y por contra, todos ellos pueden requerir de conexiones constantes a Internet (WAN):
En éste escenario, sin prácticamente tráfico LAN, resulta del todo innecesario la instalación de un Switch.
Y poco más. Un Swtich es un elemento fantástico de red (máxime por la oferta y precio al que pueden conseguirse hoy en día) pero como todo, siempre dependiendo de nuestras necesidades objetivas.