Spotify y sus responsabilidades

Para poner en antecedentes al que no sepa de que va el tema.

La semana pasada, el músico Neil Young y otros que le siguieron a posteriori, decidieron retirar su catálogo de Spotify debido a un podcast del polémico autor Joe Rogan sobre la necesidad/validez de la vacunación Covid-19.

En palabras del propio Neil Young:

 “Hago esto porque Spotify está difundiendo información falsa sobre las vacunas, lo que podría causar la muerte de aquellos que creen que ellos están difundiendo la desinformación”

La polémica ha surgido sobre la responsabilidad de Spotify a la hora de “controlar” la publicación de según que tipo de contenido. La empresa se ha disculpado y ha anunciado que incorporará una “advertencia de contenido” a los podcast que hablen sobre Covid-19.

También en palabras de su cofundador y director ejecutivo Daniel Erk:

“Sabemos que tenemos un papel fundamental que desempeñar en el apoyo a la expresión de los creadores mientras la equilibramos con la seguridad de nuestros usuarios”. “En ese rol, es importante para mí que no asumamos la posición de ser censores de contenido”.

Obviamente y a todo esto Spotify no ha retirado el podcast de Joel Rogan. El problema al razonamiento de Daniel Erk, y por el que le han caído palos a mocho, es que Spotify y Joel Rogan no mantienen una relación Distribuidor – Creador.

Pongamos un ejemplo. Yo creo un podcast que trate alguna temática más o menos polémica y lo envío a Spotify, Ivoox y TuneIn. Pese a lo polémico que pudiera resultar mi podcast, siempre y cuando no vulnere ninguna legislación ni los términos de uso, tanto Spotify como Ivoox como TuneIn “deberían” respetarlo dado que ellos, los tres, son meros “distribuidores” de mi “creación”. En ese caso, los publicadores respetarían mi libertad de expresión.

Pero como hemos dicho anteriormente, la relación entre Spotify y Joe Rogan dista mucho de ser como la del ejemplo.

Spotify pagó cien millones de dólares para hacerse con el podcast Joe Rogan Experience. Esto quiere decir que dicho podcast se emite de forma exclusiva en Spotify. Y ésta exclusividad, pago mediante, es lo que convierte a Spotify en editor, que no distribuidor, de Joe Rogan.

Y aquí la cosa ya es mucho más sencilla, o al menos debería serlo.

Desde el momento en que un medio realiza alguna función de editor, y pagar por la exclusividad de un contenido te convierte en ello, pasa a tener una línea editorial, por más que fuera algo que no le pudiera interesar de buen principio. Y tener una línea editorial va más allá de preservar meramente la libertad de expresión, conlleva responsabilizarse por el contenido que publicas.

Y ahí es donde Spotify pretende nadar y guardar la ropa. Quiere obtener de forma exclusiva toda la masa de oyentes de Joe Rogan sin responsabilizarse del contenido publicado por Joe Rogan.

Y nuevamente, la palabra clave sigue siendo: exclusividad.

Si alguien aún tiene dudas, bastaría con extrapolar el tema a un periódico tradicional. ¿Es concebible que un diario publique una columna que por A o por B levante mucha polémica y ante las quejas pretendiera lavarse las manos diciendo que ellos “meramente” publican lo que les ha enviado el periodista en cuestión? La respuesta es obviamente que no. Que si han publicado y pagado por ese contenido, es que en el menor de los casos, encaja en su “línea editorial”.

Y en esas se encuentra Spotify. De momento no creo que la cosa vaya a mayores, pero todo dependerá de su afán por captar más y más público. Todos sabemos que el contenido de calidad atrae a mucha gente, pero la polémica, todavía más.