De la Inteligencia Artificial (la auténtica) pueden y se dicen muchas cosas. Pero hay tres que -en mi ignorancia- considero irrefrenables: Está llegando, va a quedarse y será absolutamente transversal. Y dentro de esa transversalidad, uno de los campos donde espero con más ilusión y esperanza su impacto, es en todo lo relacionado con la domótica.
Punto de partida
Un rápido vistazo a la actual situación de la domótica no presenta un panorama especialmente halagüeño:
- Todos los asistentes de voz son propietarios
- Protocolos de comunicación nada optimizados (WiFi) o totalmente desvirtuados (Zigbee)
- Un estándar como Matter que no es respetado por los propios fabricantes
- Un protocolo tan prometedor como Thread de nula o residual implantación
- Ninguna esperanza de cambio en el corto plazo…
Hay varios factores y de distinta índole que contribuyen a todo ello: Resistencia de los fabricantes a ceder el control y la consiguiente recolección de datos de sus dispositivos. Pérdida de ventas (Hubs) que les ocasionaría un hardware abierto. Final de ecosistemas cautivos y tener que pasar a competir todos contra todos. Cambiar el paradigma de prestaciones por software (sistema propietario) a prestaciones por hardware (software abierto). Facilidades para que entren nuevos fabricantes y desarrolladores dentro de un ámbito realmente abierto. Etcétera.
Y en lo referente a la gestión de dispositivos domóticos, una gran mayoría la viene realizando -total o en parte- mediante unos «altavoces inteligentes» (asistentes de voz) que tienen mucho más de lo primero que de lo segundo.
Obviamente, hay muchas personas entusiastas de la domótica o tecnología en general que han ido sorteando todos estos inconvenientes mediante la integración de sistemas como Home Assistant, controladores Zigbee abiertos (Sonoff, ConBee…), Hubs propietarios y altavoces inteligentes varios.
A todo lo anterior (que no es poco) hay que añadir la absoluta dependencia de sistemas en la nube que comparten la mayoría de dispositivos. Esto plantea dos grandes problemáticas:
- Total exposición del sistema domótico a fallos en la red de comunicaciones (FTTH, 4G)
- Imposibilidad de controlar nuestra privacidad (hay montajes que lo pueden paliar en parte)
IA al rescate
Dado que sobre Matter ya hemos hablado largo y tendido en esta página (haz una consulta en el buscador integrado) me gustaría centrarme en lo que puede aportar la IA.
Lo primero y más evidente es una forma más natural (humana) de gestionar nuestros dispositivos. En lugar del actual (por poner unos ejemplos) «Alexa, enciende foco pasillo», «OK Google, pon mi lista de reproducción del Reno Renardo en Spotify» o «Echo, pon temperatura de aire acondicionado comedor a 18 º» y eso siempre y cuando no haya que repetir varias veces la frase hasta que la entienda correctamente ; con el nivel que actualmente ya exhiben ChatGPT o Gemini es perfectamente viable que se torne en un «pasillo», «Lista Reno Renardo» o «18º en comedor». Tengamos en cuenta además, que muchos dispositivos ya pueden conocer nuestra ubicación exacta dentro del domicilio, con lo cual cabría la posibilidad de simplificar aún más ciertas órdenes de voz e incluso que distintos elementos domóticos compartieran un mismo nombre.
La otra enorme ventaja, es la posibilidad ya existente de ejecutar diferentes modelos de IA de forma local. Con todo lo que conlleva tanto en la velocidad de ejecución como de independencia respecto a posibles problemas en la red o servicios en la nube. Y de forma colateral, estamos habilitando que como usuarios, tengamos un control total sobre los datos que se transmiten y su consiguiente impacto en nuestra privacidad.
No obstante, no voy tan lejos y ya firmo porque al menos haya una verdadera integración de la IA en cualquiera de los asistentes actuales.
La combinación ganadora
Si finalmente se consigue, por los métodos que sea y por parte de quien sea, aunar un asistente de voz inteligente (en la nube o localmente) con el estándar de Matter, el salto de calidad, fiabilidad y sobretodo usabilidad de la domótica será gigantesco.
Pensemos en un escenario donde olvidarnos de complejas compatibilidades entre dispositivos, sistemas de control, protocolos de transmisión y asistentes. Bastará con que tenga la certificación Matter para agregarlo de forma rápida y sencilla (código QR) en nuestra red domótica y poder utilizar todas y cada una de sus prestaciones e integraciones (no como ahora).
Pensemos en la estabilidad, rapidez, y escalabilidad que proporcionará un protocolo como Thread ejecutándose de forma local.
Y pensemos finalmente, en todo lo ya citado respecto a una forma más natural (humana) de relacionarnos con la domótica gracias a la integración de la IA en todos los procesos.
La pregunta como siempre, es cuando y quién dará los primeros pasos para que todo ésto se convierta en realidad.