Atención vs Reconocimiento I

Una de las muchas teorías del político y filósofo franco-ruso Alexandre Kojève enunciaba tal que así:

¿Cuál es el deseo humano constituyente? Lo que nos hace humanos es un deseo de reconocimiento. Su especificidad sobre esto es que el reconocimiento debe ser visto como un humano por un humano. El hombre sólo puede serlo desde su vertiente social.

A partir de aquí, desarrolla una compleja paradoja Amo-Esclavo, que de forma muy resumida vendría a decir:

El esclavo, debido a que el maestro lo ha derribado, se ve obligado a someterse. Y dicho sometimiento, lleva implícito el reconocimiento al maestro.

Pero la paradoja y a su vez tragedia del maestro, es que ese reconocimiento no tiene sentido, porque el maestro no reconoce al esclavo como humano. El maestro está recibiendo el reconocimiento de una persona que él mismo no reconoce como humano, ergo, el reconocimiento en sí mismo no puede importarle.

Partiendo de éstas premisas, el periodista norteamericano Chris Hayes las adapta a las experiencias y expectativas que mucha gente deposita dentro de Internet en general y las Redes Sociales en particular:

Lo que termina sucediendo en Internet es que buscamos el reconocimiento como humanos por parte de otros humanos “Mírame, aquí, soy humano. Ésta es mi humanidad. Reconóceme.” Y lo que obtenemos, en una situación algo similar a la del maestro y al esclavo, recibimos aportes y opiniones de desconocidos, que debido a que no son reales para nosotros y como tal, no humanos, no pueden alimentar ese deseo de reconocimiento. Porque son extraños. Son solo personas allá afuera en el éter. Estamos persiguiendo compulsivamente este deseo de reconocimiento y en su lugar recibiendo atención.

Ésta dialéctica entre atención y reconocimiento, sus proyección en función del concepto de “pares” (inferior o igual a nosotros) y de que se lleve a cabo por conocidos o por extraños; es algo que me ha resultado altamente relevador. Pese a llevar muchos años interactuando de diversas formas y con todo tipo de personas dentro de Internet, nunca me había planteado lo que puede haber tras dejar recibir un comentario, un me gusta, un seguimiento, etcétera. Son acciones que realizamos a diario, sea de forma esporádica, constante o en algunos casos casi compulsiva. Todo ello, se puede abordar desde distintas perspectivas: sicológicas, sociales, culturales, etcétera. Pero eso desborda tanto mi conocimiento como las pretensiones de éste blog.

Así que he decidido focalizarme en la reflexión original que transmite Chris Hayes y que da título a esta entrada. Aunque en mi opinión, lejos de considerar la idea de atención y reconocimiento como un valor absoluto o universal, creo que se pueden manifestar de diversas formas, atendiendo a la subjetividad que nos suele caracterizar como individuos.

Lo primero seria definir que lo que yo considero como atención y lo que yo considero como reconocimiento. Hay diversas posibilidades en función de que enfoque se adopte, pero tratando de ceñirlo a las interacciones dentro de internet, pienso que atención vendría a ser cuando alguien te mira (te enfoca) y reconocimiento cuando alguien te ve (te percibe). La atención generaría empatía, el reconocimiento satisfacción.

El desarrollo de ambas, para no hacer excesivamente larga la entrada, lo abordaré en una segunda parte.